La pregunta importante que surge respecto a la política del Banco Central es hasta cuándo estará en pausa el ajuste monetario.
Todavía existe una gran incertidumbre sobre hasta dónde podrían llegar las tasas en el ciclo actual.
No debemos olvidar que, luego de resueltos los desbalances inmediatos, la capacidad de crecimiento de nuestra economía es muy baja.
La sorpresa de agosto no da ni para ilusionarse con una desaceleración más suave: de manera preliminar, estimamos una variación de Imacec en septiembre entre -2% y -1,5% a/a.
Mientras el Banco Central hace todo lo posible por disminuir la inflación, el trabajo del mundo público y privado debe enfocarse en la productividad, la única manera de generar riqueza sin boicotear el trabajo de la política monetaria
Si a alguien le quedaban dudas de que la Reserva Federal de Estados Unidos se centra sobre todo en cumplir su objetivo de inflación, estas se disiparon esta semana.
Son los de mayor crecimiento en los últimos años, con una tasa promedio del 30% en el número de Fondos.
La depreciación cambiaria, las dificultades logísticas globales y el boom de consumo, entre otros factores, formaron un cóctel tóxico que ha sido más difícil de combatir de lo que se pensaba.
El Banco Central decidió aumentar la tasa hasta el nivel máximo de este ciclo, lo que eventualmente generó disenso entre los consejeros.
Si en algún momento nos llamó la atención lo resiliente de algunos sectores de la economía, ahora nos sorprende lo rápido que han empeorado.