Seguimos pensando que septiembre habría sido sólo el primero de muchos meses que mostrarán variación negativa
La pregunta importante que surge respecto a la política del Banco Central es hasta cuándo estará en pausa el ajuste monetario.
No debemos olvidar que, luego de resueltos los desbalances inmediatos, la capacidad de crecimiento de nuestra economía es muy baja.
Pueden decir que soy un soñador: las políticas económicas funcionan y, eventualmente, volveremos a un equilibrio. No es gratis eso sí, como nada en la vida.
El mercado está empezando a dudar de que los bancos centrales a nivel mundial sigan siendo agresivos en la lucha contra la inflación a medida que aumentan los riesgos para la estabilidad financiera.
La sorpresa de agosto no da ni para ilusionarse con una desaceleración más suave: de manera preliminar, estimamos una variación de Imacec en septiembre entre -2% y -1,5% a/a.
Mientras el Banco Central hace todo lo posible por disminuir la inflación, el trabajo del mundo público y privado debe enfocarse en la productividad, la única manera de generar riqueza sin boicotear el trabajo de la política monetaria
La depreciación cambiaria, las dificultades logísticas globales y el boom de consumo, entre otros factores, formaron un cóctel tóxico que ha sido más difícil de combatir de lo que se pensaba.
El Banco Central decidió aumentar la tasa hasta el nivel máximo de este ciclo, lo que eventualmente generó disenso entre los consejeros.
El resultado del plebiscito debería tener un impacto positivo en los mercados, bajo el supuesto de una menor incertidumbre y primas de riesgo en el futuro debido a la expectativa de una nueva constitución más moderada.