Pueden decir que soy un soñador: las políticas económicas funcionan y, eventualmente, volveremos a un equilibrio. No es gratis eso sí, como nada en la vida.
El mercado está empezando a dudar de que los bancos centrales a nivel mundial sigan siendo agresivos en la lucha contra la inflación a medida que aumentan los riesgos para la estabilidad financiera.
Si en algún momento nos llamó la atención lo resiliente de algunos sectores de la economía, ahora nos sorprende lo rápido que han empeorado.
El contexto actual obliga a tener un allocation mucho más selectivo, todavía con cierta sobreponderación de renta variable.
A menos que la narrativa de la inflación máxima se confirme tanto por los datos como por un pivote moderado de la Fed, creemos que el riesgo de un regreso de shock de tasas y los temores de recesión pueden pesar nuevamente sobre el apetito por riesgo.
La sorpresa a la baja de la inflación de julio en EE.UU. ayudará a moderar las expectativas de inflación, pero los datos siguen siendo demasiado altos para garantizar un giro adecuado por parte de la Fed.
Esta lógica está anclada al libro de jugadas del mercado de las últimas recesiones, pero "el mundo es diferente ahora, la inflación es mucho más alta".
Es probable que el foco en este segundo semestre deba fijarse, al menos, en dos variables: inflación y tasas de interés.
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