Opinión
Julio 21, 2022 - 3 min

Main Street v/s Wall Street

Es probable que el foco en este segundo semestre deba fijarse, al menos, en dos variables: inflación y tasas de interés.

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Concluida la primera mitad del año resulta inevitable no fijar nuestra mirada en lo que resta de este 2022. En todos los análisis políticos y económicos la palabra que probablemente más se repite es “incertidumbre”.

Las economías del mundo, convalecientes de la pandemia, están resintiendo los efectos de una guerra en Europa Oriental que no se sospecha cuando pueda terminar. La economía chilena no es inmune a lo que ocurre en el mundo y, como si fuera poco, tiene sus propios problemas. 

La controvertida propuesta de la Convención Constitucional, la reforma tributaria y la anunciada reforma previsional, y la baja popularidad de un gobierno que no cuenta con mayorías parlamentarias contribuyen a un escenario donde no abundan las certezas.

En este contexto, es probable que el foco en este segundo semestre deba fijarse, al menos, en dos variables: inflación y tasas de interés. En Fynsa estamos interesados en determinar si ello puede derivar en una recesión mundial y, por consiguiente, en su impacto en los resultados de las compañías.

Desde el año 2008 nos acostumbramos a vivir con abundante liquidez, baja inflación y contenidas tasas de interés. Todo indica que el escenario cambió y que tendremos que adecuarnos a esta nueva realidad. Si no se logra controlar la inflación, la Federal Reserve Board (FED) podría ser más agresiva en el incremento de las tasas de interés con el esperado freno para las economías.

En el mercado ronda la pregunta de si la inflación ya llegó a su peak o si, por el contrario, aún existe margen para que los precios sigan aumentando y nos tendremos que acostumbrar a una inflación más alta y por más tiempo. Difícil pregunta que, por estos días, pocos se atreven a responder. Si bien en las últimas semanas el precio del cobre y el petróleo han caído más de un 20%, China ha implementado una política gradual para hacer frente a la pandemia y la inflación de largo plazo está bajo el 3%, esto no parece suficiente para dejar tranquilo a los bancos centrales ni a la FED. Mientras no cuenten con cifras incontrastables que evidencien que la inflación ha comenzado a ceder, no relajarán sus medidas. Los bancos centrales de nuestra región no se han quedado atrás adoptando medidas similares desde el año pasado.

En este punto no resulta indiferente la meta que se ha propuesto la FED. En mi opinión, el 2% aparece como un objetivo lejano, en tanto que hasta un 3% parece una tasa razonable. Las señales del último fin de semana del gobernador de la FED Christopher Waller de no acelerar el ritmo de aumento de las tasas de interés, más algunas señales de apoyo de estímulo a China, fueron leídas con optimismo por los mercados.

Algunos problemas en la cadena logística y de suministro derivados de la pandemia y la incertidumbre geopolítica que afecta a los mercados no pueden excluirse de este análisis. Existen indicios de una liberación en la cadena de suministros, alerta respecto de acumulación de inventarios y una probable baja en los precios de algunos productos. El riesgo geopolítico está presente. La inesperada extensión del conflicto ruso-ucraniano con su impacto en la seguridad energética, el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN y la tentación de China por anexar Taiwán son algunos de los temas que, sin ninguna capacidad de influir en ellos, deberemos observar con atención en los próximos meses.

Seguimos atentos a la política económica contra cíclica del gobierno chino, clave para evitar una recesión global. Lamentablemente las cifras parecen indicar que la segunda economía más grande del mundo se frena (crecimiento de 0,4% entre abril y junio), amenazando con ello la desaceleración mundial.

A esta altura si hay algo claro es que estamos ante un cambio de paradigma, en el que parece haber llegado el momento de Main Street versus Wall Street, y lo cierto es que este desafiante escenario ha puesto a prueba la verdadera tolerancia al riesgo de nuestros clientes.

 

Francisco Muñoz

Socio - Director Comercial