En los últimos años, las inversiones en fondos dedicados a temas de medioambiente, sustentabilidad y gobernanza (ESG) crecieron vertiginosamente. Fueron US$30.000 millones en 2019, US$94.000 millones en 2020 y US$159.000 millones en 2021. 

Pero en mayo, según Bloomberg, los principales ETF dedicados a inversiones ESG mostraron apenas US$400 millones en entrada de fondos. Es más, de las tres categorías de ETF monitoreadas por Bloomberg –acciones de empresas, bonos y materias primas—la categoría de acciones registró una salida neta de fondos de US$200 millones.

Bloomberg menciona tres factores que sobresalieron en estas semanas. El primero, que a mediados de mayo Elon Musk calificó al ESG una trampa de falsos guerreros sociales. El segundo, que en lo que va de año los inversionistas institucionales han estado buscando rentabilidad en otros activos: el índice S&P de los ETF de petróleo y gas subió 68% entre principios de año y el 7 de junio. Y tercero, un mayor celo de los reguladores. La SEC –Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU.- está investigando las declaraciones ESG de su unidad de gestión de activos de Goldman Sachs, luego de que la agencia anunciara “una lista de nuevas restricciones destinadas a garantizar que los fondos de ESG describan con precisión sus inversiones”. En paralelo, la policía alemana allanó las oficinas de Deutsche Bank AG y DWS Group por acusaciones de estar realizando greenwashing.

Es difícil saber cómo avanzará este mercado, aunque Bloomberg ve difícil que este año supere los niveles alcanzados en 2021.